miércoles, 28 de agosto de 2013

Empezar de cero.

Quizá mi amigo Doc no le moleste que tome prestado su automóvil siempre y cuando McFly me acompañe. Entre otras cosas imposibles sé que no soy el único que ha deseado con toda su fuerza humana disponible poder comenzar algo de cero.

Es inevitablemente horriblemente frustrante ver como las cosas que eran ya no son y que es como si nunca hubiesen sido, como si el agujero que te deja en el alma la falta que te hace todo aquello que pensaste que jamás te iba a faltar te falta. Y lo que te sobra te toca comértelo al seco.

He pensado en el presente y en el futuro, en el abismal gigante de cosas que tengo en contra y quizás lo mejor sea olvidar mi inverosímil treta de intentar regresar al piso once, cuando aún la ciudad siendo de mierda iluminaba y titilaba al ritmo de nuestros inocentes latidos. Ya no soy el mismo, te has perdido y la vida me impedirá encontrarte...

He pensado en raptarte de tu realidad, traerte a mi y darte todo lo que tengo para ti, todas esas historias que por orgullo me comí, todos los besos que preferí guardarme y todas esas sorpresas antes de que se pudran en mi interior. Pero quizás ya es muy tarde, has conocido mis cicatrices; mis lunares ya te saben a lo mismo y es algo contra lo que no puedo luchar.

Cuando al fin me doy por vencido te encuentro en sueños, me pides que lo intente una vez más, que no me rinda y me recuerdas esa carta que escribí hace unos años en los que sin remedio te hallaste protagonista, y con tu voz de la que me he enamorado como un niño que la ha escuchado durante nueve cortos meses, me haces sentirte real y posible aún...

Todo lo que tengo es para ti, aunque no lo quieras, no me busques y no me leas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario