lunes, 26 de agosto de 2013

te odio.


"Este viejo odio 

que hiela los jazmines, 
ama tu figura aborrecible. 
Y así, si te marchas, 
quedan los rencores 
para recordarme las razones 
de por qué me eres imprescindible, 
de por qué te extraño aunque me olvides."

Mi corazón en pausa, y el tuyo seco. Me odio, odio contar los días, odio leer tu sentencia entre líneas y aún así preferir ser ciego antes de jugar a descifrar cada mentira. Odio extrañarte mientras me olvidas. Odio no querer ni poder ni imaginar olvidar... Odio hacerte fácil el trabajo de alejarte sin extrañarme... Sin morir cada noche como lo hago yo. En búsqueda de otra estrella fugaz... Odio que no sientas. Odio seguir tu rastro y no encontrarte del otro lado del espejo... Te odio de la misma manera que te echo de menos... 



"Y odio el cielo en tu rostro y las dudas, de echarte al olvido o llamarte, para contarte, qué sé yo...



en las ausencias con esos sentimientos tan fuertes y contradictorios que nos fastidian a nosotros mismos....
Te odio Ninella, te amo.


...que sigo existiendo, que te odio por fin, que no sé si el mundo resiste sin ti"


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